Brunei es conocido por ser el segundo país más desarrollado de los 11 que forman el Sudeste Asiático debido a la importancia que allí tiene el gas y el petróleo. Sin embargo, es mundialmente conocido por su Sultán ya que es uno de los más ricos del mundo. Es en esta tierra donde tenemos la Mezquita Sultan Omar Ali Saifuddien, símbolo de la fe islámica y lo más llamativo de toda la ciudad que no deberías dejar de ver si visitas la ciudad.

El origen de la Mezquita

La Mezquita debe su nombre al sultán Omar Ali Saifuddin II. El motivo es que, en 1952, tras su primer año de sultán, consiguió la independencia de su ciudad, Brunei, del Reino Unido fundando su propia sociedad.

Por eso, la Mezquita, construida en 1958 lleva su nombre y en ella encuentras la Galería de Historia Constitucional donde podrás conocer el recorrido de la historia de Brunei y donde es posible que veas la constitución que el sultán escribió y que consiguió esa independencia.

La arquitectura de la Mezquita

La Mezquita está construida sobre la base de una combinación de elementos islámicos e italianos debido a que el arquitecto que la dirigió y que supervisó todo el proyecto fue italiano de ahí que alguna influencia de su país tuviera.

Destaca sobre todo la cúpula dorada que precisamente no es que sea dorada sino que está cubierta de oro que tiene y llama la atención desde lejos. Se compone también de unos minaretes de mármol blancos con domos dorados. De esos minaretes el más especial es el principal, porque está en la parte más alta del edificio (a 52 metros del suelo). Uno de los elementos que choca con ese aspecto tan “divino” que puede tener es el hecho de tener un ascensor, o elevador, para llevar a la gente hasta la parte más alta del edificio.

También son muy importantes los jardines con multitud de fuentes, árboles y jardines florales que, según el Islam, simbolizan lo que sería el cielo. De hecho, la Mezquita en sí está hecha sobre un lago artificial.

Dispone de dos puentes, uno hasta la villa Kampong Ayer y otro que tiene la forma de un barco y se usa solo en ceremonias oficiales. Algo que no se conoce mucho es que varios túneles salen de la Mezquita hacia otras zonas de la ciudad o fuera de ella. Éstos eran usados por el sultán para visitar de incógnito la ciudad o en caso de que tuviera que salir si había alguna amenaza.

En cuanto al interior de la Mezquita, que no podrás ver porque está vetada a las personas que no sean islámicas y que además sean activos en la religión, está destinada solo a rezar pero de ella destacan los muchos arcos, semi bóvedas y columnas de mármol. Hay un mosaico de cristal  muy hermoso y casi todo el material es una combinación de materiales de otros países (como si se quisiera hacer un edificio donde participaran los países de todo el mundo).

Por supuesto, en Brunei siempre puedes encontrar otro tipo de atracciones y monumentos para ver pero el más destacable es la Mezquita. La pena es no poder verla por dentro. Aún así, merece la pena el viaje y te recomiendo usar el puente para llegar a la villa de Agua, seguro que el hecho de pasear por él te anime mucho más (conectado teniendo en cuenta el lago, es como si pasearas por encima del agua).

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