Viajar al sudeste asiático es una de las experiencias más enriquecedoras que podemos tener en nuestra vida. Sin embargo, hace falta echarle valor para decidirnos a dar este paso. Hoy te vamos a intentar convencer para que viajes hasta las islas Filipinas, un lugar de lo más maravilloso, con unos paisajes espectaculares, y actividades que de verdad merecerán la pena. Te recomendamos que leas este artículo, tanto si nunca te lo has planteado como si estás preparando tu próximo viaje a esta zona de Asia. Descubrirás que  hay muchas cosas más allá de la capital, por lo que no hay que cerrarse puertas en cuestión de turismo.

Son muchas las personas que deciden irse a Filipinas a descubrir lugares nuevos y maravillosos. Lo malo de este tipo de sitios, es que se restringe mucho las visitas, y se limitan únicamente a todo aquello que ya es turístico, sin poner empeño en dejar que los turistas descubran por sí mismos sitios de lo más increíbles. Aún así, merece la pena la visita, porque si vamos por libre, sí que podemos contratar alguna embarcación, o hacer alguna excursión que no es tan turística y que nos permitirá ver algunos lugares que parecerían, de otro modo, totalmente inalcanzables.

Naturaleza pura en Filipinas

Viajar a Filipinas es sinónimo de vivir la naturaleza. Porque a pesar de que tiene una gran historia -ligada al colonialismo español-, lo que más destaca de este país son los paisajes de la naturaleza: los bosques, las selvas, los ríos, las montañas, y sobre todo, las playas. Todos estos lugares se nos antojarán de lo más irreales, porque no creeremos que existan de verdad paisajes tan coloridos y tan extraños para nuestros ojos. Es por eso que no debemos olvidarnos la cámara de fotos cuando viajemos a esta parte del mundo. Porque cualquier cosa, por nimia que sea, nos parecerá de lo más asombrosa.

Bohol es una isla situada en la parte del centro más al sur del archipiélago. Está en la zona de Cebú, que es una de las regiones más turísticas y seguras de todo el país, por eso no debemos preocuparnos en materia de seguridad, mientras tengamos en cuenta las precauciones más lógicas y habituales, como la de no mostrar joyería ostentosa, o no sacar fajos de billetes en lugares públicos. Bohol es, por tanto, una de las zonas más visitadas de todo el archipiélago de las Islas Filipinas.

Una de las mayores atracciones de esta isla es, precisamente la formación de sus montañas. Pero no es algo extraordinario, sino curioso visualmente. Se trata de las Colinas de Chocolate, “Chocolate Hills” en su término original. Y precisamente se llaman así por su forma y su color. Aunque es posible verlas con el verdor de las montañas, lo más común es ver este tipo de montañas con un color más parduzco, como su fueran, claro está, de chocolate. Además, su forma redondeada, y la multitud de estas montañas hace que, a lo lejos se forme un paisaje un tanto inusual: es como si hubiera un montón de bombones, (hay más de un millar de montañas) unos junto a otros. Porque en esta zona del mundo no nieva, pero si así fuera, sería ya el cénit.

Además, si haces una excursión a esta parte de Filipinas, verás todo tipo de fauna y flora de lo más exótica. Ejemplo de ello es la mariposa Dome, (o “butterfly Dome”), que destaca por sus alas blancas y negras. También podremos ver, si tenemos algo más de suerte, una especie de primate muy curiosa, el tarsero filipino, cuyos ojos enormes son de lo más característico. Pero por mucho que te contemos, lo mejor es que lo veas con tus propios ojos.

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Y si quieres saber más de esta zona del mundo…

Fuente de imágenes: akademifantasia, atlantisqueen

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