Visitar Pekín tiene un lugar al que no debes dejar de ir porque en él descubrirás una forma de contar las historias que, en otros países, no se hace de igual manera. Nos referimos al ópera de Pekín, uno de los lugares más visitados y de mayor expresión cultural de China en el cual disfrutarás como si fueras un niño pequeño y, aunque no entiendas el idioma, los propios personajes te ayudarán a entender la historia.
Pekín es una de las ciudades más visitadas dentro de Asia y quizás por el hecho de ser así la cultura de China ha querido tener también una presencia más importante en este lugar con la ópera de Pekín, un arte cultural que se hizo muy popular en la época de la dinastía Qing y que no se quiere perder de ningún modo, adaptándose a los tiempos, eso sí.
El origen de la ópera de Pekín
En el origen de esta época hay dos provincias que sobresalen y, al parecer, donde se dice que nació la primera ópera, Anhui y Hubei. Hay escritos que corroboran estas ciudades como el origen, más concretamente en 1790, cuando una representación teatral, para celebrar el ochenta cumpleaños del emperador Qianlong. Al quedar tan contento con dicha representación el emperador conservó la costumbre de las obras y se convirtieron más tarde en un espectáculo público para disfrute del pueblo.
La ópera de Pekín
La ópera de Pekín se caracteriza por estar compuesta sólo por cuatro personajes, diferenciados entre sí a pesar de que puedan llevar trajes iguales o similares, que deberás conocer para estar un poco más habituado a la obra. Depende muchas veces esa diferencia por su personalidad, sexo y edad. La mayoría de las veces te encontrarás con que habrá tres personajes masculinos y uno femenino.
El primero de los cuatro personajes es el Sheng. Éste puede tener tres variaciones, Sheng Mayor, de media o avanzada edad, con barba; Sheng joven, un caballero de buenos modales, enamorado; o Sheng guerrero, obviamente un experto en artes marciales.
El siguiente personaje, Tan, es llevado a cabo por una mujer. Al igual que sucede con el personaje de Sheng, también Tan puede tomar varias variaciones, que son: Tan Mayor, una mujer de edad avanzada; Tan verde, una mujer joven caracterizada por su bondad, inocencia, rectitud; y Tan flor, una mujer joven también, pero extrovertida y descarada. Hay en ocasiones otra Tan, la Tan de caballo (o caballera) representada como una luchadora.
Otro de los personajes es Jing, de nuevo masculino, con excesivo maquillaje y una gran fuerza de voluntad. Podríamos decir que es algo así como el que mantiene al resto de personajes con fuerza, valor, valentía, y esperanzas.
Por último, está Ch’ou que, como supongo pensarás, nos falta el que pone el toque de humor. Es el que más llama la atención y el que más recuerda el público por eso es un papel difícil.
Lo bueno de la ópera es que no es solo un canto sino que encuentras diálogos, acrobacias, luchas… Es como si mezclaras una ópera con una obra de teatro y desde luego no sales defraudado de allí, al contrario, creo que querrás ver más.
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