Un fin de semana en Luang Prabang.

La semana pasada conseguí un fin de semana largo y me escapé a Luang Prabang, antigua ciudad imperial de renombre en el turismo que aún conserva el encanto de otras épocas.

Stanislas Fradelizi

Imagen whl.travel

Desde Vientiane, la capital de Laos, podemos tomar un bus que en 12 horas de jungla y angostas rutas en la montaña. La ciudad es uno de los puntos más turísticos de este país que parece detenido en el tiempo.

La ciudad es conocida por la inmensa cantidad de templos que podemos visitar. Sólo en el centro (y es bien pequeño) hay más de 10 tempos en una singular península creada entre el río Mekong y uno de sus tributarios.

Entre las atracciones que Luang Prabang, el mercado de noche es uno de los favoritos de los visitantes. Allí nos encontramos con productos locales y mismo de procedencia Hmong, aunque lo mejor es tener cuidado ya que muchas veces lo “local” en realidad proviene de China.

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imagen fotopedia.com

Aparte de visitar los templos y disfrutar de las fantásticas vistas desde la colina que corona el centro de Luang Prabang (realmente, las vistas son fantásticas, eso sí, hay que subir unos 500 escalones!) podemos relajarnos en un café sobre el río Mekong, una tradicional que tanto locales como visitantes disfrutan por igual.

Uno de los eventos más interesantes que podemos disfrutar en Luang Prabang es la procesión de almas. A las 5.3 de la mañana, todos los días, los monjes se pasean por las calles de la ciudad recibiendo donaciones de comida (arroz) de la gente local que sale a la calle para ofrecer sus donaciones. La procesión incluye a todos los monjes de la comunidad (desde los más ancianos hasta los más jóvenes) y es un verdadero deleite para los visitantes que logran madrugar. ¡Eso sí! Hay que seguir las normas de respeto y aunque pueda ser una ocasión ideal para tomar fotos no podemos acercarnos ofensivamente a los monjes o sentirnos como en un espectáculo.